jueves, 24 de marzo de 2011

INMUNOAGRESION Y PROCESO MENTAL


El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Por medio de este, el cuerpo combate y destruye organismos infecciosos invasores antes de que causen daño. Cuando el sistema inmunológico está funcionando adecuadamente, protege de infecciones que causan enfermedad.

Este término también puede entenderse como autoinmunidad, que se refiere a que normalmente, como ya se mencionó, el sistema inmune es responsable de defender al organismo de virus que entren al organismo, sin embargo, si ocurre una falla también puede volverse en su contra y actuar atacándose a sí mismo. Lo que ocurre es que el sistema inmunológico no puede distinguir a las células propias de las ajenas. En vez de luchar contra antígenos externos, las células del sistema inmunológico o los anticuerpos que producen, pueden ir en contra de sus propias células y tejidos por error.




Existen varios tipos de enfermedades autoinmunes, pero aquí sólo se mencionarán tres:

• Artritis Reumatoide.

Es una enfermedad crónica, autoinmune que lleva a la inflamación de las articulaciones y tejidos circundantes, y se desconoce su causa.

Se puede presentar a cualquier edad y las mujeres resultan afectadas con mayor frecuencia que los hombres. Generalmente afecta a las articulaciones de ambos lados del cuerpo por igual, siendo las muñecas, los dedos de las manos, las rodillas, los pies y tobillos las partes del cuerpo más comúnmente afectadas. El curso y la gravedad de la artritis reumatoidea pueden variar considerablemente. La infección, los genes y las hormonas pueden contribuir a esta enfermedad.

Cuando aparece el dolor articular, es porque la articulación no está en uso por algún tiempo, se puede tornar caliente, sensible y rígida, el revestimiento de la articulación se inflama, produce líquido y se hincha. El dolor articular a menudo se siente en ambos lados del cuerpo y puede afectar las muñecas, las rodillas, los codos, los hombros, las caderas, los dedos de manos y pies, los tobillos y el cuello.

Los síntomas se presentan de manera gradual y algunos son: fatiga, inapetencia, rigidez matutina (que dura por más de una hora), dolores musculares generalizados y debilidad.

La artritis reumatoide generalmente requiere tratamiento de por vida que incluye medicamentos, fisioterapia, ejercicio, educación y posiblemente cirugía. El tratamiento agresivo y oportuno para este tipo de artritis puede retardar la destrucción de la articulación. Principalmente se utilizan medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD), medicamentos antiinflamatorios, medicamentos antipalúdicos, corticosteroides, inhibidores de las ciclooxigenasa-2, moduladores específicos de glóbulos blancos, en casos extremos cirugía.

La artritis reumatoidea no es una enfermedad que sólo destruye las articulaciones, ya que puede comprometer casi todos los órganos. Se puede presentar una complicación potencialmente mortal en las articulaciones cuando la columna cervical (huesos del cuello) se torna inestable como resultado de la artritis reumatoidea. También puede hacer que el revestimiento exterior del corazón se inflame (pericarditis) y causar complicaciones cardíacas. Igualmente, se puede presentar inflamación del músculo cardíaco, llamada miocarditis, y ambas afecciones pueden llevar al desarrollo de insuficiencia cardíaca congestiva. De hecho el tratamiento para esta enfermedad puede causar efectos secundarios.

• Esclerodermia

Es una enfermedad generalizada del tejido conjuntivo que involucra cambios en la piel, los vasos sanguíneos, los músculos y los órganos internos, generalmente afecta a personas de 30 a 50 años de edad y las mujeres la desarrollan más a menudo que los hombres.

La esclerodermia localizada por lo regular afecta sólo la piel en las manos y la cara. Su curso es muy lento y en muy pocas ocasiones, se propaga a lo largo del cuerpo, es cuando se vuelve sistémica, también se denomina esclerosis sistémica. Esta forma de la enfermedad puede afectar los órganos del cuerpo, grandes áreas de la piel o ambos. Esta forma de esclerodermia tiene dos tipos principales: esclerodermia limitada la lesión cutánea se mantiene estable o es lentamente progresiva, afectando a manos, antebrazos, pies, piernas y cara; la afectación orgánica es muy tardía. Dentro de este último grupo, se encuentran las variantes denominadas síndrome de CREST (calcinosis, fenómeno de Raynaud, afectación esofágica, Esclerodactilia y Telangiectasias), además de la esclerosis sine scleroderma (afectación orgánica sin afectación cutánea) y los casos de fenómeno de Raynaud como única manifestación clínica, con anticuerpos anticentrómero positivos o alteración en la capilaroscopia) y difusa (la afectación cutánea es rápidamente progresiva en el plazo de pocos meses o un año, con afectación siempre proximal a los codos (por ejemplo en brazos, tórax y abdomen) y puede iniciarse en las zonas distales de las extremidades (la denominada acroesclerosis). La esclerodermia difusa puede solaparse con otras enfermedades auto inmunitarias, incluyendo lupus eritematoso sistémico y polimiositis. En tales casos, el trastorno se denomina enfermedad mixta del tejido conjuntivo.

La afectación de las arterias digitales origina el denominado fenómeno de Raynaud. En una secuencia de coloración blanca, amoratada y roja, muy característica. Los ataques suelen desencadenarse tras la exposición al frío o a tensión emocional. Pueden llegar a originar infartos en los pulpejos de los dedos con ulceraciones o gangrena evidente, con riesgo de complicaciones de tipo infeccioso, que pueden incluso afectar al hueso subyacente.

Los anejos cutáneos desaparecen perdiéndose pelo y desapareciendo la sudoración en las extremidades. Pueden aparecer trastornos de la pigmentación con hiperpigmentación, acromia o la combinación de ambas, por lo que la piel pude adoptar un aspecto moteado.

La afectación gastrointestinal involucra, la debilidad e incoordinación de la musculatura lisa esofágica generan disfagia (dificultad al tragar) especialmente a sólidos. Así mismo, la afectación del esfínter esofágico inferior condiciona la aparición de reflujo gastroesofágico con esofagitis péptica, ulceraciones y estenosis.

Pueden aparecer poliartralgias (dolores articulares difusos) que afectan tanto a grandes como a pequeñas articulaciones y son especialmente frecuentes al inicio de la enfermedad, para estabilizarse posteriormente. Sin embargo, la artritis (inflamación articular) es infrecuente, aunque ocasionalmente puede ser muy intensa y erosiva. La afectación muscular más frecuente es la atrofia por desuso secundaria a la limitación en la movilidad articular generada por la afectación cutánea, articular o tendinosa.

Las alteraciones cardíacas asintomáticas son muy frecuentes. La afectación vascular no está aclarada, a diferencia de lo que ocurre en otros órganos.

Los fármacos utilizados para tratar la esclerodermia abarcan: corticosteroides inmunodepresores (Metotrexato, Cytoxan), antinflamatorios no esteroides (AINES). El tratamiento generalmente incluye una combinación de fisioterapia, al igual que técnicas de protección de las articulaciones y la piel (por ejemplo, evitar el frío en el caso del fenómeno de Raynaud).

• Lupus

Es una enfermedad autoinmune multisistémica, con manifestaciones clínicas, hasta en un 50% de los casos presentan clínica neurológica en algún momento de la evolución, las alteraciones más comunes son sínrome mental y orgánico(psicosis orgánica, encefalopatía difusa) y convulsiones; también pueden aparecer: enfermedad cerebro vascular (ECV), isquemia cerebral transitoria (ICT), cefalea similar a la migraña con aura visual, etc. y se caracteriza desde el punto de vista inmunológico por aumento de los Anticuerpos antinucleares (ANA). Es crónica, además de afectar a las articulaciones y a los músculos, puede dañar la piel y casi todos los órganos. Su base es autoinmune puesto que se produce por la formación de anticuerpos. Esta patología afecta principalmente a las mujeres y en una época de la vida en la que se es fértil (entre 20 y 40 años).

Presenta: cansancio fácil, la pérdida de peso inexplicable, la fiebre prolongada que no se debe a ningún proceso infeccioso y alteraciones de la temperatura. El 90% de los pacientes con lupus padecen dolor e inflamación en las articulaciones (artritis) en manos, muñecas, codos, rodillas y pies con más frecuencia. También es posible que aparezca rigidez articular por las mañanas. También es frecuente la afección en la piel. La lesión más conocida, aunque no la más frecuente, es la denominada “eritema en alas de mariposa”, que consiste en un enrojecimiento y erupción de la piel en las mejilla y la nariz. También es frecuente la caída del cabello cuando la enfermedad está activa. Por otro lado, los enfermos de lupus padecen hipersensibilidad a los rayos ultravioletas. Si se exponen sin protección la enfermedad puede reactivarse.

Cuando afecta al corazón y los pulmones: Las capas de revestimiento del corazón (pericardio) y de los pulmones (pleura) se inflaman debido a la enfermedad, en otras ocasiones, el lupus afecta a los pulmones o a las válvulas del corazón ocasionando insuficiencia cardiorrespiratoria.

Cuando afecta al riñón: El lupus siempre afecta a los dos riñones a la vez. La lesión más frecuente es la inflamación (nefritis), que a veces impide que el riñón elimine adecuadamente los residuos del organismo y estos se acumulan en la sangre. Debido a esta inflamación, muchas veces el riñón se ve incapaz de asimilar y retener proteínas. Con lo que se eliminan por la orina y se produce una hinchazón de cara y piernas.

El lupus puede afectar al sistema nervioso. Aunque en general tiene poca importancia, es un problema que tiene que vigilarse. Se manifiesta con dolores de cabeza, depresiones o situaciones de hiperactividad.

Existen 2 tipos de lupus:

-Lupus eritematoso discoide: enfermedad crónica y recidivante caracterizada por manchas redondas rojas de bordes bien definidos sobre la piel.

-Lupus eritematoso sistémico: enfermedad autoinmune con episodios de inflamación en las articulaciones, los tendones y otros tejidos conectivos y órganos.

El tratamiento de la enfermedad es muy distinto según el órgano al que afecte. Los corticoides se consideran el tratamiento básico puesto que todos los afectados en un momento u otro los toman. Si los órganos dañados son el pulmón, el corazón, el sistema nervioso central o el riñón el tratamiento debe de ser mucho más agresivo y se basa en corticoides en dosis muy altas y tratamientos inmunosupresores. Si la enfermedad presenta síntomas como fiebre, cansancio o afecciones cutáneas, el tratamiento será menos agresivo y con corticoides o antipalúdicos. La alimentación debe de ser completa, sana y equilibrada.













Referencias:



Uribe C, Arana A, Lorenzana P. Neurología. 6ª ed. Medellín (Colombia): Corporación Para Investigaciones Biológicas (CIB); 2002.



Ramos Casals M, García Carrasco M, Rosas Gomez de Salazar J, Calvo Alén J, Font Franco J. Enfermedades Autoinmunes Sistémicas y Reumatológicas. 1ª ed. Barcelona (España): Masson; 2005.

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